Interiorismo comercial: ¿por qué se ha vuelto tan importante?
El interiorismo comercial forma parte indisoluble de la imagen corporativa de una empresa. La imagen que transmiten los establecimientos de cualquier negocio tiene una gran capacidad a la hora de influir en la percepción positiva o negativa que se lleva el posible cliente.
Aunque puede parecer que estamos hablando de algo relativamente nuevo, lo cierto es que no es así. Desde hace siglos el ser humano ha intentado que ciertos espacios atrajeran la atención del visitante y le incitaran a pasar más tiempo en ellos.
En búsqueda de la atmósfera idónea
Cuando trabajamos en el interiorismo comercial, no solo nos centramos en la estética. También pretendemos que el entorno creado sea atractivo y haga que el visitante se sienta a gusto.
Pensemos, por ejemplo, en una zapatería. El diseño debe ser lo suficientemente atractivo como para captar la atención de los viandantes. Que se paren a mirar el escaparate y decidan entrar para ver los zapatos más de cerca.
Pero no nos conformamos con atraer público, queremos conseguir clientes. Sabemos que, cuanto más tiempo pasa una persona en un establecimiento, más posibilidades hay de que decida comprar algo. De ahí que otro de los objetivos del interiorismo de locales comerciales sea hacer que el visitante se sienta cómodo. Que le guste estar allí y se olvide del reloj.
En definitiva, lo que nos interesa es crear la atmósfera idónea para que el consumidor acabe convirtiéndose en un cliente.
El interiorismo comercial ayuda a diferenciarse de la competencia
Siguiendo con el ejemplo de la zapatería, ¿cuántos establecimientos de este tipo puede haber en una calle comercial? Lo más probable es que haya varios. Por eso, es necesario diferenciarse de la competencia.
Un interiorismo bien trabajado hará que cada establecimiento sea algo único. Que le aporte al cliente una experiencia totalmente diferente a la que le aportaría otra zapatería.
Contribuye a crear la identidad corporativa
Como decíamos al principio de este artículo, la imagen que transmite el establecimiento es también la imagen de la empresa.
Cuestiones como la iluminación, los colores elegidos para las paredes o el mobiliario, hacen que el consumidor se haga una idea u otra sobre la empresa. Solo con ver sus establecimientos sabrá si se trata de un negocio de corte más tradicional, orientado al público más joven, de lujo, etc.
La combinación perfecta para conseguir tus objetivos
Ya hemos visto cómo puede influir la distribución y decoración de los espacios interiores en la imagen de marca y en los resultados del negocio. Pero, ¿cómo se pueden conseguir estos resultados?
La clave está en la combinación de tres elementos: innovación, creatividad y funcionalidad. Los dos primeros son esenciales porque los consumidores están cansados de ver siempre lo mismo. Si deseamos captar su atención, hay que arriesgar y ofrecerles algo diferente pero adaptado a sus gustos. El tercer elemento es tan importante como los anteriores. El diseño es importante, pero nunca puede estar por encima de la funcionalidad. Debemos recordar cuál es el fin del establecimiento comercial y asegurarnos de que todo en él contribuye a conseguir esa finalidad.
El interiorismo comercial es una disciplina compleja, pero puede llegar a proporcionar resultados excelentes a las empresas si se utiliza de la forma correcta.
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