El diseño biofílico en el diseño de espacios comerciales

El diseño biofílico se ha convertido en una de las tendencias de los últimos años, a medida que la sostenibilidad ha ido ganando terreno como uno de los valores más extendidos entre el conjunto de la población.

Los espacios interiores no solo deben ser funcionales y estéticos, también deben tener muy presente la conservación de la naturaleza.

¿Qué es el diseño biofílico?

La arquitectura biofílica pretende buscar el bienestar de las personas, permitiendo un mayor contacto de las mismas con la naturaleza, aunque se encuentren en mitad de una gran ciudad. 

El ser humano necesita estar conectado con el entorno natural. Si vive en una ciudad, se hace necesario buscar alternativas que permitan disfrutar de la naturaleza, con elementos como los jardines verticales, el uso de materiales naturales como la piedra o la madera en las edificaciones, o la potenciación de la luz natural.

Ese apego con la naturaleza también debe producirse dentro de los edificios, lo que nos lleva a hablar del diseño biofílico. Se trata de un diseño de interiores que aboga por restablecer el contacto entre las personas y la naturaleza. Para ello utiliza elementos naturales y materiales biodegradables.

¿Qué aporta este diseño?

Su principal aportación es una mayor calidad de vida. Estar rodeados de elementos naturales contribuye a que el ambiente en el que desarrollamos nuestro día a día esté más limpio y sea más saludable.

Además, este tipo de diseño aporta positivismo y energía, lo cual resulta muy interesante tanto en los centros de trabajo como en los establecimientos comerciales. 

Diseño biofílico y espacios comerciales

Empieza a ser bastante común que los establecimientos de tipo comercial apuesten por este tipo de diseño más en consonancia con la naturaleza. De hecho, esta es una tendencia que no deja de crecer.

El diseño biofílico aplicado al retail design se centra en la introducción de la naturaleza en los espacios cerrados, ya sea a través de la instalación de elementos decorativos como los jardines verticales, o de elementos que puedan activar sensaciones que experimentamos cuando estamos en la naturaleza, como ciertos olores o sonidos.

La naturaleza está presente en el diseño a todos los niveles, tanto en lo que se ve como en lo que no se ve. 

Lo importante es que la utilización de materiales y elementos naturales se dé de forma lógica y que encaje con el resto del entorno. El resultado es un espacio en el que las personas se sienten cómodas y quieren pasar mucho tiempo. Es más, un buen diseño también influye muy positivamente en la experiencia de los empleados, siendo capaz incluso de mejorar el clima laboral.

Tras la pandemia, este tipo de diseño se ha hecho todavía más importante. Porque los consumidores no quieren volver a pasar por la sensación de estar encerrados. En consecuencia, todos los establecimientos comerciales están integrando el diseño biofílico, y buscan convertirse en lugares mucho más agradables, con un cierto toque natural. Es algo que estamos viendo incluso en edificios públicos. Cada vez es más común que lugares como las bibliotecas y los hospitales tengan zonas en las que se potencia al máximo la luz natural y la presencia de vegetación. Sin duda, este tipo de diseño ha llegado para quedarse.